De todos es sabido que la Pala no es de los juegos más antiguos de la Pelota. Al contrario, podríamos decir que es de los más recientes aunque sus inicios son muy confusos. Lo que sí resulta cierto, es que la Pala no es creada como protección de la mano sino como elemento obligatorio del Juego con carácter propio.
Si nos remontamos a los siglos XVII y XVIII, vemos que los geniales artistas Murillo y Goya pintan dos cuadros relacionados con la Pala. En el primero, conocido como «Invitación al Juego de Pelota a Pala», un niño anima a otro a jugar a Pala. Y en el segundo, titulado «El Juego de Pelota», aparecen dos palistas, uno frente a otros, llevando en sus respectivas manos derechas sendas palas, mientras dispuntan un partido.
Los cronistas y los viejos aficionados de la época señalan, como punto de arranque de la época moderna del Juego de Pala, a los famosos y legendarios desafíos jugados por los navarros hermanos Francisco y Eugenio Eraso contra los bilbainos Gregorio Goikoetxea y Angel Bilbao (Txikito de Abando). Primero, se disputa un partido entre ambas parejas en el frontón municipal de Bergara (Gipuzkoa) el 3 de abril de 1904. El segundo de ellos tiene lugar en el viejo Euskalduna de Bilbao, el 24 de abril del mismo año. El hecho verdaderamente significativo es que, según los historiadores más reconocidos, a partir de la programación de estos partidos, empieza la Historia de la Pala Moderna.
El 14 de abril de 1895 se inagura el Euskaduna de Bilbao. Si bien es verdad que al inagurarse el frontón se empieza a jugar, bajo la Intendencia de Txikito de Eibar, a la modalidad de Cesta Punta, en unos pocos años es destituida allí por la Pala. El público de Bilbao ya se ha definido. Quiere ver la Pala y nada más. Este hecho viene a confirmar que, si bien este Juego no es históricamente bilbaino, sí lo es por la pronta y total aceptación de esta modalidad por el público del «Botxo».
Por otra parte, el 15 de agosto de 1905, debuta como palista profesional en el Euskalduna, Juan Gisasola (Begoñés I), considerado el precursor de la Pala Moderna.
A esta cancha acuden una gran cantidad de palistas. Y todos ellos, bajo la dirección de D. Julián Fernández Unibaso, forman el primer cuadro de palistas profesionales y se constituye la primera Empresa de Pala Profesional de la Historia. Este frontón, de estilo medieval (Foto 1) copia del frontón Beti-Jai de Madrid, su arquitecto es D. Alfredo Acebal. Después de una trayectoria muy brillante, en la que los mejores palistas de la Historia ofrecen a los aficionados su mejor repertorio, en mayo de 1937 fue destruido durante la guerra civil.
El 8 de diciembre de 1939, se inagura el segundo frontón Euskalduna que está ubicado en el mismo lugar que el antiguo (Foto 2) y su contrucción y estilo son totalmente modernos. Es nombrado Intendente ex-palista D. Antonio Azurmendi, que más tarde pasaría a la Historia como uno de los mejores Intendentes de Pala que ha existido. Al principio, el frontón registra unos llenos impresionantes; a partir de 1946, los mejores palistas marchan a Recoletos de Madrid; y, aunque aparecen dos grandes ases de la especialidad (Amorebieta IV y Begoñes VII), la empresa decide cerrar el recinto y lo vende con la condición de que no se utilice como frontón. La última función se celebra el jueves 29 de agosto de 1957. Aquel día, la Pelota en general y la Pala en particular están de luto. Se había cerrado el frontón más emblemático de la modalidad del leño.
Después de 10 años de ausencia de la Pala en la capital bilbaina, el 11 de octubre de 1967 se inagura el frontón Club Deportivo (Foto 3). Y a partir de esas fechas, alternando épocas gloriosas, y otras no tan felices, hemos llegado al presente. Éste es importante: por primera vez en la Historia de la modalidad reina de la Pelota, las instituciones han tomado conciencia y se han hecho cargo de la especialidad.